
Quién sabe si Amanda Lear, aquella musa de Dalí condenada a desmentir repetidas veces que no era un travesti, estaría hoy celosísima de la no menos divina Mónica Naranjo. ¿Por qué? Pues resulta que la cantante catalana (de Figueras, como el pintor) entabló varias veces animada conversación con el genio surrealista y no olvida las palabras de consejo que le dedicó.
La desmesurada estrella del pop español, presta siempre a exhibir tanto su poderío vocal como su sobredosis de laca y/o cardados, conoció al artista en casa de una familia de la localidad gerundense en la que trabajaba su madre. «Mi pincel lo ha guiado la pasión.Haz lo mismo con tu voz», le espetó Dalí a la Naranjo cuando ella sólo contaba 12 años.
La cantante no logró nunca convertirse en musa del artista, pero sí se ha coronado como reina gay. Basta un simple paseo nocturno por los locales de moda en Chueca para comprobarlo, porque temas suyos como "Sobreviviré" o "Desátame" suenan en ellos a todas horas y las drag queens más fashion se mueren por imitarla.
Exitos y remezclas
Lo mismo ocurrirá, previsiblemente, con su nueva canción, "Enamorada de ti", que inunda ya las emisoras de radio en vísperas de que el próximo lunes se publique "Colección privada", una caja que contiene un CD con sus grandes éxitos, otro con remezclas que acentúan su lado dance (con disc jockeys y productores como Pumpin'Dolls, que acaban de lanzar su sorprendente reinterpretación electrónica de los hits de Isabel Pantoja, o el dúo formado por Pedro Ferrero y David del Moral, es decir, Fundación Eivissa) y un DVD que incluye actuaciones en directo y siete videoclips.
No es más que la antesala de la nueva Mónica Naranjo, que saldrá a la luz en 2006 con una grabación que, según promete, supondrá «un cambio radical».
Mientras tanto, cierra la fructífera etapa que abrió en 1994 con Supernatural y se presenta ante sus fans como una mujer con los pies más en la tierra, que ya no se deja deslumbrar por el fulgor del triunfo. «Me perdí por el camino, estuve muy perdida, de verdad. Pero afortunadamente me he vuelto a encontrar a mí misma», confiesa después de haber vendido cinco millones de discos.
«Llegó un momento en que todo era trabajo para mí. Si iba al gimnasio, era por trabajo. Si estudiaba algo, era por trabajo.El show business te engulle: la presión, la responsabilidad...hasta que tuve una crisis y decidí parar. Estuve un año y medio sin cantar porque no me apetecía», declara sin tapujos.
Frivolidad sin fin
Eso sí, a Mónica Naranjo le sigue persiguiendo la aureola de cantante frívola. «Me da igual. Yo hago la música desde el corazón.La imagen, claro, siempre ha sido muy importante para mí; y la puesta en escena, más». Respuesta contundente desde esos labios con lipstick a la última.
«Siempre he sido muy dramática. Pero ahora soy peor que dramática.Ya se sabe, conforme nos hacemos mayores y nos damos cuenta de que la vida es demasiado importante para tomársela en serio...», agrega.
No termina la frase, pero el epíteto frívolo continúa dando vueltas en su mente y suelta en plan agresiva: «Sí, hay gente que piensa de mí que soy una frívola, una capulla, pero es que si todo fuera perfecto sería muy aburrido, ¿no?». Y se despide con un enigmático: «Tragar cosas es un veneno, y con todo lo que ya sé...».
(El Mundo, 07/05/2005)
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