
Provocativa, sensual y arrolladora, la vocalista Mónica Naranjo se ha convertido, de la noche a la mañana, en el gran fenómeno musical de nuestro país.
Apenas un año después de su aparición en España como cantante repatriada de las Américas, Mónica Naranjo no sólo ha capitalizado las listas de superventas con su álbum "Palabra de mujer", sino que, además, se ha convertido en un tótem artístico para las comunidades lesbiana y gay, que la adoptaron en su santoral artístico antes que nadie.
Sostenida por su éxito en tierras mexicanas, hasta hace nada Mónica Naranjo representaba el papel de la artista a la que algo impedía ser profeta en su tierra. Esta noche, sin embargo, podrá comprobarse en el Palacio de los Deportes (22 h. 2.500 ptas. por anticipado y 3.500 ptas. en taquilla) hasta dónde alcanza su capacidad de convocatoria, como intérprete a la vez mayoritaria y de culto.
Sus primeras presentaciones ante el público especializado, incluida la que tuvo lugar el mes de octubre pasado en el Midem Latino de Miami, no despejaron las dudas acerca de las condiciones reales de su voz.
Hoy, sin embargo, tanto o más que sus cualidades vocales para la música ligera y de tintes pasionales, importa el espectáculo que trae consigo. Un show que en el Palacio de Goya cuenta con cuatro bailarines, dos teclistas, guitarra, bajo y batería, aparte de un aparato coral de primera magnitud. El escenario del que Mónica y su atrezzo de diva toman posesión tiene una plataforma móvil.
A sus 23 años, la catalana Mónica Naranjo se acerca a las 800.000 copias vendidas del álbum con el que debutó en España.
(El Mundo, 12/06/1998)
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